Captura política y la acumulación de poder en República Dominicana

Captura política y la acumulación de poder en República Dominicana

Historias de lucha contra la captura política y la acumulación de poder

El programa Democracia y Ciudadanía de Oxfam en la República Dominicana, conocido como DEyCI, tiene un recorrido en el país tratando de introducir al debate público la necesidad de desvelar los mecanismos de captura política en tres gr andes áreas: en los techos que tiene la participación ciudadana en los espacios de poder político (Eje de Desigualdades políticas); en la política fiscal orientada hacia diferentes temas y estructuras de poder (Eje de Desigualdades Económicas); y en las barreras que enfrentan las políticas de igualdad de género en Violencia contra la mujer y Derechos sexuales y reproductivos (Eje de Desigualdades de Género).

Si bien en cada una de estas áreas de política pública, la forma en que se manifiesta la captura, los mecanismos de captura, y las elites que capturan, varían, desde el programa DEyCI hemos podido extraer algunas lecciones generales sobre cómo abordar y develar el funcionamiento de la captura, que nos parece interesante compartir. Estas lecciones son resultado de un proceso más o menos largo de aprendizaje, y no siempre lineal sino repleto de avances y retrocesos. 

Trabajar desde un enfoque de captura suele ser complejo, porque obliga a un tipo de análisis de las causas y las consecuencias de la desigualdad social, que no es el habitual dentro del trabajo social. Se trata de un ejercicio analítico que reta nuestros supuestos, y nuestras formas de actuar e incidir sobre la realidad, al introducir conceptos y un lenguaje que, por su dureza, parecen alejarse de las formas de concertación habituales.  Sin embargo, resulta ser un marco muy efectivo, incluso para la negociación, una vez que logramos integrarlo. Incluso, desde la experiencia de Oxfam en la República Dominicana, hemos podido constatar cómo el uso de este enfoque promueve un cambio en el lenguaje y en la percepción de los actores sociales significativo y muy positivo, al cuestionar no sólo la desigualdad como tal, sino los mecanismos que mantienen la desigualdad y la reproducen.

El ejemplo más esclarecedor lo encontramos en el proceso de influencia desarrollado por Oxfam sobre la política fiscal, en donde el uso del enfoque de captura ha sido útil para evidenciar los procesos, las instituciones, los marcos regulatorios, y las elites de poder, que mantienen una determinada política fiscal que no prioriza la inversión social; y la forma en que estas variables se relacionan y potencian unas otras, para favorecer a determinados sectores económicos y políticos.   

Otro buen ejemplo de este trabajo, lo constituye el reciente trabajo de Oxfam sobre la privatización de la educación en el país. Este trabajo partió de la elaboración de un informe exploratorio que da cuenta de los mecanismos de captura en esta área y de las elites que capturan, en particular: empresas del sector privado y las iglesias. De forma muy novedosa, el informe ofrece algunos datos y reflexiones sobre la captura de las políticas de género en el ámbito de la educación, lo que pone de manifiesto la complejidad de estos procesos de acumulación de poder presentes en nuestras sociedades, que abarcan de forma interrelacionada políticas económicas, sociales y culturales.

A partir de estas experiencias y otras, hemos agrupado las principales lecciones aprendidas en tres grandes áreas: capacidad, evidencias y denuncia, que explicamos a continuación.  

La primera gran lección es la necesidad de comprender la captura. Oxfam ha desarrollado un marco analítico y metodológico para entender la captura política, pero este marco no pueda ser efectivamente integrado al trabajo dentro de un contexto político, económico y social concreto, sin un proceso previo de aprendizaje y reflexión, que además es continuo, gradual y compartido. Desde nuestra experiencia, se trata de un aprendizaje que ocurre a partir de escuchar muchas voces. La primera de estas voces, son las organizaciones socias del Programa, pero desde DEyCI encontramos necesario ampliar la discusión, por lo que organizamos una serie de talleres y foros de discusión abiertos, en los cuales participaron organizaciones no necesariamente vinculadas a nuestra agenda, periodistas, centros académicos y de investigación social, activistas independientes, influencers, y actores gubernamentales.

Esta apertura a un mayor número de actores sociales, permitió pensar la captura desde diferentes posiciones. Así, entre las organizaciones sociales de zonas urbano-marginales y las de zonas rurales agrícolas, existen diferencias sustantivas en elementos centrales para el análisis, como son cuáles son las élites extractivas, y cómo se definen los conceptos mismos de elite y poder.  Esto pone en evidencia la necesidad de no asumir sin más que manejamos los mismos conceptos, o que estamos atribuyendo el mismo contenido a los conceptos que utilizamos.

Asimismo, este dialogo entre diferentes actores, fue útil desde un punto de vista crítico, al promover un cuestionamiento sobre la distribución de poder al interior mismo de los movimientos sociales, develando las alianzas más o menos consientes que permiten la acumulación de poder.

La segunda lección importante, es sobre qué y cómo levantar evidencias sobre la captura política. Esta área presenta un reto enorme ya que, por su propia naturaleza, la captura no es fácilmente visible, y se encuentra naturalizada en nuestras democracias, dentro de las cuales no se cuestiona la distribución del poder. Por el contrario, la mayor parte del tiempo se justifica como necesaria, en base a argumentos fuertemente autoritarios y anti-democráticos apoyados en discursos sobre el orden y el progreso.

En consecuencia, poder probar la captura y no sólo hablar de su existencia, es indispensable si se quieren generar movimientos de desmonte verdaderamente efectivos. Esto requiere identificar qué se captura, quién captura, por qué se produce la captura, como se captura, y cuáles son las consecuencias de la captura sobre la desigualdad. Las respuestas varían enormemente de un área de política a otra, sin embargo, en todas salen a relucir las conexiones y alianzas entre diferentes elites poder, como, por ejemplo, entre grupos económicos y grupos religiosos para mantener control sobre políticas en salud reproductiva.  Este control sobre políticas en salud, a su vez se conecta con el control sobre la política fiscal y el gasto público en servicios de salud, con consecuencias nefastas sobre la población, como son las altísimas tasas de mortalidad materna y muerte neonatal (Link a informe ADESA).

La tercera lección que queremos resaltar es sobre cómo denunciar la captura.  Cada sector de política pública requiere de alianzas diferentes y de estrategias de abordaje diferente. Si bien las demandas por la distribución del gasto público social comparten una base argumentativa, cada área de política pública necesita de una mirada específica. De ahí que, el programa tomara la decisión de trabajar por sectoriales. Esta decisión, aumentó el nivel de especialización del Programa y forzó a una mirada más detallada y analítica en cada sector priorizado, los cuales fueron: vivienda y hábitat, educación, atención primaria en salud, manejo de desastres, y violencia contra la mujer.

Esto no implicó un abandono por parte del programa del discurso más general sobre la equidad en política fiscal y tributaria, pero si aumentó la concreción de las demandas y por tanto la efectividad al momento de impulsar y lograr cambios en política pública. Esta división permitió comprender el fenómeno de la captura desde lo particular a lo general, facilitando el ejercicio de explicarlo y presentarlo a la opinión pública.

 

Glenys De Jesús Checo

Coordinadora Proyectos Oxfam en la República Dominicana

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